Laboratorio de la Mirada.
Sesión 2. Luis Largo. * Vibración: Me resultaba complicado provocar una vibración desde una parte específica del cuerpo, en el caso del primer ejercicio, los pies. Era inevitable recordar corporalmente anteriores experiencias en donde la cadera era el núcleo, la raíz de la vibración. El cambio que surge en el cuerpo y el espacio es sorprendente, es inmediato. Quieras o no, un diferente estado sensorial te envuelve, te golpea. * La premisa que fue clave para mí: Observar la parte sin voluntad que guía el movimiento. Esto me permitió mayor continuidad, hallar distintas fuerzas y más adelante: Inercia. * (INVESTIGACIÓN. 30MIN) Premisas: Vibraciones mínimas en partes grandes del cuerpo (pecho, pelvis, cabeza). Vibraciones al límite en partes pequeñas del cuerpo (ojo, dedo, pie). ¿La vibración mínima de una parte puede llevarme a la Inercia, de qué forma? Premisas: Distribuir el peso en la arquitectura espacial. El cuerpo es una arquitectura en sí, que siempre está distribuyendo nuestro peso. Y siempre esta distribución cambia, incluso con movimientos mínimos. La distribución de peso en la vida cotidiana. La distribución de peso en la vida cotidiana es Alucinante. Premisa: Observar el movimiento sin voluntad de la parte me conduce a la Inercia. Espero se vuelva un principio para mi movimiento. La voz es una parte y por lo tanto tiene cualidades, vibración, peso, etc. * (TRADUCIR EN MAPA EL ESPACIO) Un sitio del mapa que construí fue la puerta. Pienso que la escogí por las posibilidades oníricas que había tras ella. Estas mismas posibilidades sometian la composición a una gran cantidad de variables en el movimiento y en la voz, más no en el recorrido. Aunque después una observación por parte de mi compañera fue atención en las direcciones que doy al movimiento, porque de esta manera el mapa del espacio se volverá visible tanto para mi mirada como la mirada del otro. Un segundo sitio fue la pared con tres agujeros, que en ese momento los imaginaba como ojos. Recuerdo moverme con la sensación de asfixia, o con la sensación de ser vigilado o vigilar a alguien o algo. El último sitio que construí lo asociaba con una campana y estaba ubicado debajo de un foco de la sala. El movimiento en esta zona partía desde la sensación misma de estar abajo, de hacer silencio o que me callen.
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AutoresCarla Altamirano. Archivos
Julio 2020
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